Thursday, October 11, 2007

En la Vía...


Por circunstancias de la vida, he tenido que residir en diferentes lugares de Venezuela, y no es que mi papá haya sido militar ni nada de eso, más bien diría que tiene su toque de gitano morando en algún componente de su sangre...

Bueno el hecho es que luego de salir de Caracas, fuimos a vivir a Ciudad Guayana, y de allí a Barquisimeto, mejor dicho, en las afueras de Barquisimeto, en un lugar llamado "Vía a Carorita", donde teníamos una enorme casa con un montón de árboles frutales..

Para llegar a casa, teníamos que tomar un autobús de la Línea Duaca, que es un pueblo del estado Lara que queda como a una hora de la capital.

Recién llegados, el último autobús salía de Barquisimeto a las 6:30 de la tarde, así que si no nos llevaban, no podíamos ni ir al cine.

El hecho es que uno pasaba bastante tiempo en los recorridos de los consabidos autobuses, nos sabíamos los números y nombres de los vehículos y recordábamos las caras del chofer y de su colector, que para los que no saben, era el imberbe (lo digo porque eran adolescentes a quienes no les habían salido barba ni bigote) que cobraba el pasaje.

En la mañana, con mi hermana en la parada veíamos venir el tan esperado transporte y podíamos decir: allí viene el siete, "El mis amores", el 31, E"l por mis hijos", o será el 46, "El Matador" o el 13, "El Palomo" o el "Palo de Hombre". Y no era que el tema fuera interesante sino que de tanto viajar en ellos, terminaban siendo familiares.

Los conductores de estos autobuses, y de todos los autobuses en general, forman una especie de cofradía, con unos códigos de comunicación muy particulares, pero el que me ocupa en este post, es la costumbre que existía entre ellos de adormar sus autobuses con cualquier cantidad de cosas inusuales y muchas veces estrambóticas. Motivo de atención eran las calcomanías que pegaban hasta en el techo, y que irremediablemente leía, llevada a veces por el tedio del tráfico, el aburrimiento del trayecto o sencillamente porque donde quiera que mirabas había una y los ojos no hallaban qué hacer...

Impresionaba que todas esas calcomanías tenían un contenido sexual o de doble sentido.

Entre los mensajes que recuerdo están:

"La mandaron por pan y se lo dejó meter del viejo".

"Solicito chica que me lave la ropa y la cosa".

"Si su hija sufre y llora es por un chofer señora".

"Sólo chicas buenas a bordo".

"La llevo, pero sola".

Recuerdo una calcomanía que tenía dos niños en ropa interior y la niña le dice al niño, señalando dentro de su panty: "Mi mamá me dijo que con una de estas podría conseguir muchos de esos "(el segundo dibujo señalando la ropa del niño).

Toda la gama de aquella famosa serie de cromos de "Amor es... y pare usted de contar.

La verdad es que era toda una cultura y el chofer que estaba más "in" era el que más guirindajos tenía...

Y por supuesto, que lo que más caché les daba era sentar en el primer puesto detrás de ellos a una de esas chicas enloquecidas por un chofer y que no se cansaban de andar pa' rriba y pa' bajo encaramadas en su tremendo autobús, entre el bullicio de la gente, los sacos de cebollas y los vendedores de tostones...

Apúrate que ahí viene el bus, es el 25, el "Puro Macho"...


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